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Una intervención quirúrgica, por pequeña que sea, supone una lesión importante para el organismo. Si para la cirugía es necesaria una incisión en la piel, el daño más evidente será la cicatriz que quedará después, pero en caso de que la cirugía sea cerrada también tendrá consecuencias sistémicas. 

Por tanto, resulta muy importante hacer un tratamiento específico de fisioterapia preoperatorio y postoperatorio.

Tratamiento preoperatorio

En el tratamiento preoperatorio el objetivo principal será preparar y fortalecer al cuerpo para que pueda responder a la intervención de la mejor manera posible, contrarrestar los efectos que provocará la inmovilización consiguiente y reducir las sesiones de rehabilitación postoperatoria.

Durante esta etapa, la fisioterapia juega un papel fundamental, ya que su objetivo es acelerar el proceso de recuperación y mejorar la funcionalidad del paciente. Los objetivos de la fisioterapia postquirúrgica son:

  • Enseñar y practicar los ejercicios de fuerza y movilidad a realizar en el postoperatorio ya que el paciente tendrá mejor consciencia de su cuerpo y propiocepción y aprenderá bien la ejecución de los mismos.
  • Dotar al paciente de una movilidad articular óptima contrarrestar en cierto modo la rigidez que el reposo postoperatorio provocará.
  • Trabajar la fuerza muscular para minimizar la pérdida de masa muscular en el postoperatorio.
  • Dotar al paciente de más seguridad y ayudará a que psicológicamente afronte la operación con mayor optimismo.

Tratamiento postoperatorio

El tratamiento postquirúrgico es una fase muy importante en la recuperación de cualquier paciente. El objetivo principal del tratamiento postoperatorio es la recuperación de los tejidos afectados por la propia intervención y la rehabilitación para poder volver a las actividades cotidianas. La fisioterapia postquirúrgica puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación mediante la aplicación de técnicas de masaje, estiramientos y ejercicios específicos.

  • Prevenir las complicaciones postquirúrgicas como la trombosis venosa profunda, mediante la aplicación de técnicas específicas.
  • Tratar la cicatriz dotándola de elasticidad para evitar adherencias y restricción de movimiento tanto de la piel como de las articulaciones próximas.
  • Mejorar la función pulmonar mediante ejercicios de respiración y técnicas de expansión torácica.
  • Trabajar la movilidad mediante la aplicación de técnicas de estiramiento y movilización articular.
  • Mejorar la fuerza y la resistencia: La fisioterapia postquirúrgica puede ayudar a mejorar la fuerza y la resistencia mediante la aplicación de técnicas de fortalecimiento muscular.

En conclusión, la fisioterapia es una herramienta fundamental tanto en el tratamiento prequirúrgico como en el postquirúrgico. En ambos casos, la fisioterapia tiene como objetivo reducir al máximo los efectos de la intervención. Por lo tanto, es conveniente que los pacientes se sometan a tratamientos de fisioterapia en conjunto con los tratamientos médicos y quirúrgicos para una recuperación más rápida y efectiva.