Movilidad de la columna dorsal o torácica

Nuestro cuerpo es una maravilla de la biomecánica, y uno de los aspectos más intrigantes es la forma en que nuestra columna se adapta y moldea para cumplir con sus diversas funciones. En este viaje de exploración anatómica, nos sumergiremos en la columna dorsal, una parte de la espalda que no siempre recibe la atención que merece. ¿Sabías que esta región de la columna presenta una peculiaridad notable al sostener las costillas? La columna torácica forma una cifosis, a diferencia de la columna lumbar y cervical que forman lordosis. Sin embargo, lo que la hace aún más interesante es su tendencia a ser rígida y carecer de movimiento. En este artículo, exploraremos por qué es esencial trabajar tanto la movilidad global como por zonas en esta área olvidada de nuestra espalda.

Vivimos en una sociedad cada vez más caracterizada por trabajos sedentarios, altos niveles de estrés y demandas psicológicas crecientes. Según los estudios más recientes, estos factores favorecen la aparición de dolores, degeneraciones y patologías de la columna vertebral.

Aunque la mayoría de las patologías se centran en la columna lumbar y cervical, es fundamental recordar que la columna vertebral es todo un conjunto. Un problema de déficit o exceso de movilidad normalmente se va a compensar en otra parte de la columna vertebral. Por lo tanto, como hemos mencionado anteriormente, la columna dorsal suele tender al déficit de movimiento y el cuerpo lo compensa con hipermovilidad en otro segmento vertebral.

Patologías relacionadas con el déficit de movilidad de la columna dorsal

El déficit de movilidad en la columna dorsal a menudo se asocia con otras patologías, incluyendo:

• Cervicalgias: Especialmente aquellas que conllevan inestabilidad debido a la compensación corporal mencionada previamente.
• Lumbalgias: En este caso, al igual que las cervicalgias, la restricción de movilidad en la columna dorsal baja puede ser una causa subyacente.
• Dolores de hombro y patologías del manguito de los rotadores: Esto se debe a que para una correcta movilidad de hombro, sobre todo en los movimientos de flexión y abducción, se necesita una extensión torácica.
• Ansiedad y depresión: Debido a la situación anatómica de los centros del sistema nervioso simpático.
• Problemas con el patrón respiratorio: Debido a la relación anatómica con el diafragma que es el músculo respiratorio más importante.

Principios importantes para mejorar la movilidad dorsal

Para lograr este objetivo, es esencial seguir principios fundamentales al realizar ejercicios de movilidad:

• Trabajar en todos los grados de movimiento de la columna dorsal: Esto implica la flexión-extensión, las desviaciones laterales y las rotaciones hacia izquierda y derecha.
• Principio de adaptabilidad: Comienza con ejercicios sencillos y gradualmente aumenta la dificultad, repeticiones y duración. No respetar este principio puede resultar contraproducente, ya que puede aumentar la restricción del movimiento.
• Combinar ejercicios de movilidad con ejercicios de fuerza:  Mantener niveles de fuerza adecuados es un indicador de buena salud, por lo que es recomendable combinar estos ejercicios con un protocolo de ejercicios de fuerza.

Con un enfoque constante en estos principios, puedes mejorar significativamente la movilidad de tu columna dorsal y contribuir a mantener una espalda saludable a lo largo del tiempo.

En conclusión, si padeces de algún tipo de lesión relacionada con las que se ha mencionado anteriormente, no dudes en contactarnos. Desde nuestra unidad de fisioterapia traumatológica, trataremos tu lesión de la mano de los mejores expertos de Vitoria-Gasteiz.